La tradición de poner el Belén en las casas durante el periodo Navideño se remonta al siglo XV y fué introducida por la orden Franciscana como representación del Misterio del Nacimiento de Cristo.
El niño Jesús es la figura principal y se coloca en el centro del pesebre con el resto de figuras girando al rededor suyo.
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Comenzamos tejiendo la cabeza y el cuerpo en una sola pieza:
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No es necesario tejerle brazos ni piernas, ya que lo vamos a arropar con una mantita:
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Para el pelo, podemos bordarlo directamente en la cabeza o tejerlo como si fuese un casco de la siguiente forma:
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Poner el pelo en la cabeza de forma centrada y pasar algún punto de sujección a la cabeza.
Bordar los ojos con color negro en la vuelta 5 de la cabeza, separados por tres puntos y la nariz entre las vueltas 6 y 7 dando cinco pasadas con color rosa.
Para la boca, pasar una hebra marrón en la fila 8 y poner un punto de sujección en la fila 9 para darle forma de sonrisa.
Ya tenemos completo el niño Jesús, ahora tejeremos la cuna y una mantita amarilla que simule la paja sobre la que está recostado:
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Sólo nos queda colocar al niño en la cunita y hacerle una coronita con un limpiapipas dorado.
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