Patito

En 1992 un carguero de ruta por el pacífico, durante una tormenta, perdió varios contenedores con juguetes de plástico entre los cuales había miles de patitos de goma amarillos.

Lo que inicialmente pareció un desastre, fue utilizado por Ebbesmeyer e Ingraham, oceanógrafos de la Universidad de Washington, para estudiar las corrientes superficiales oceánicas. Siguieron las piezas que iban apareciendo días después en las costas de Alaska, en los siguientes meses en todas las costas del pacífico, en 1996 en la costa de Washington y por todo el atlántico, llegando en 2003 a las costas de Europa.

En honor a ellos, que supieron encontrar una oportunidad en lo que inicialmente parecía una pérdida, he hecho el patrón de este simpático patito

Empezamos tejiendo el cuerpo y la cabeza en una sóla pieza:

Una vez relleno el cuerpo y la cabeza, ahora toca tejer las alas:

Una vez terminadas, coser al cuerpo en la fila 26, a los lados.

Tejamos la cola:

Una vez rellena y cerrada, coser dos líneas de pespunte para hacerla acolchada según la siguiente figura:

Coserla a la espalda del patito: la parte final sobre la fila 43 del cuerpo y poner puntos de sujección al cuerpo sobre la vuelta 39 para que quede sujeta hacia arriba.

Ahora, para terminar la cara, tejamos el pico en color naranja:

Coserlo centrado en la cabeza entre las filas 15 y 17, rellenándolo un poco antes de cerrar.

Los ojos los bordaremos entre las filas 10-13 separados por 5 puntos.

Para las plumas de la cabeza, tejeremos 6 cadenetas con un aumento en cada una, punto deslizado sobre la primera cadena y repetir otras 6 cadenas con 6 aumentos. Coser la pieza en el punto inicial de la cabeza.

Sólo nos quedan las patas:

Una vez terminadas, rellenar la parte del pie (hasta la vuelta 9) y coser en la parte de abajo del cuerpo según la siguiente imagen:

Podemos articular las patas con un alambre o limpiapipas para que se tenga de pie, yo las he dejado sin articular ni rellenar la parte estrecha para que pueda sujetarse sentado.

Ya está terminado, ahora, cada vez que lo veas, piensa que siempre de un desastre puede surgir una nueva oportunidad para aprender o crecer.