En 1992 un carguero de ruta por el pacífico, durante una tormenta, perdió varios contenedores con juguetes de plástico entre los cuales había miles de patitos de goma amarillos.
Lo que inicialmente pareció un desastre, fue utilizado por Ebbesmeyer e Ingraham, oceanógrafos de la Universidad de Washington, para estudiar las corrientes superficiales oceánicas. Siguieron las piezas que iban apareciendo días después en las costas de Alaska, en los siguientes meses en todas las costas del pacífico, en 1996 en la costa de Washington y por todo el atlántico, llegando en 2003 a las costas de Europa.
En honor a ellos, que supieron encontrar una oportunidad en lo que inicialmente parecía una pérdida, he hecho el patrón de este simpático patito
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